La Logística Inversa es un proceso fundamental para las empresas que buscan optimizar su logística y reducir costos: además de cuidar el medio ambiente.
Implementarla en una empresa puede generar múltiples beneficios, desde la reducción de costos hasta la mejora de la imagen de la empresa.
Para llevarla a cabo es necesario seguir una serie de pasos: desde identificar los productos que pueden ser retornados hasta la definición del destino final de los productos.
¿Qué es la Logística Inversa?
Gestiona de manera eficiente la cadena de suministro, pero en sentido contrario, es decir, desde el punto de consumo hasta el punto de origen.
Es decir, mientras la logística tradicional se enfoca en llevar los productos desde el punto de origen hasta el punto de consumo, la inversa se enfoca en el retorno de los productos al punto de origen.
Objetivo
En primer lugar, el principal objetivo es reducir costos, al mismo tiempo que se cuida el medio ambiente.
Algunos de los beneficios de implementar la Logística Inversa en una empresa son:
- Reducción de costos: Permite recuperar los productos devueltos y reintegrarlos al proceso de producción o reventa. Esto reduce los costos asociados a la producción.
- Mejora de la imagen de la empresa: Las empresas demuestran su compromiso con el cuidado del medio ambiente y con la satisfacción del cliente.
- Aumento de la eficiencia: Permite mejorar la eficiencia de sus procesos logísticos, lo que se traduce en una reducción de los tiempos de entrega.
Ejemplos de Logística Inversa
En resumen, se puede aplicar en diferentes sectores de la industria, desde la manufactura hasta el comercio electrónico.
Algunos ejemplos son:
- Devoluciones de productos: De esta manera, los productos devueltos se pueden recuperar y reintegrar al proceso de producción o reventa.
- Reciclaje de materiales: Así se reduce el impacto ambiental y se minimizan los costos asociados a la producción de nuevos materiales.
- Gestión de residuos: Se pueden recuperar materiales y reducir el impacto ambiental.
Cómo llevarla a cabo
Aquí algunos consejos para llevarla a cabo:
- Identificar los productos que pueden ser retornados: Esto incluye la definición de plazos para la devolución, el estado del producto, entre otros.
- Diseñar el proceso de recolección: Se trata de definir los puntos de recolección, el tipo de vehículos que se utilizarán, entre otros.
- Evaluar los productos retornados: Es necesario evaluar su estado para determinar si se pueden reintegrar al proceso de producción o reventa, reciclados o descartados.
- Definir el destino final de los productos: Incluye reintegración al proceso de producción o reventa, su reciclaje, o su descarte.
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